Los bienes públicos representan un tipo de bienes especiales que no son aptos de vender ni de comprar en el mercado, porque poseen la característica de ser colectivos, su utilización y disfrute puede producirse a cabo por cualquier habitante sin distinción, con libertad de que este deba respetar la autoridad competente para resguardarlos.
Es importante mencionar que la gestión de los bienes públicos no sólo es responsabilidad y exclusividad del Estado, sino que también pueden suministrados por el sector privado. Por lo tanto, un ejemplo de bien público dotado por el Estado sería el sector eléctrico en las calles, debido a que si no se ayudarse entre todos los habitantes de un municipio, nadie tendría estímulos como para hacerlos. Y otro de bien público gestionado por un organismo privado podría ser un canal de televisión o unos fuegos artificiales financiados por una compañía en un concierto anual, ya que se podría gozar de ellos sin necesidad de pagar y sin tener la invitación para dicho evento.
Los bienes públicos que son gestionados por el Estado están considerados una herencia del imperio romano, periodo de la historia en la que se comenzó a suministrar algunos bienes y derechos publicos como el servicio del agua, los terrenos municipales, la justicia y la seguridad ciudadana, entre otros.
Asimismo, este tipo de bienes requieren de un servicio público y de un preciso módulo de control que certifique su disfrute y uso, así como su sostenibilidad. Para avalar esto último, debe instrumentalizar un procedimiento de derecho y de garantías lo justamente autoritario como para que todos los beneficiarios del mercado se involucren en dicho trabajo.
Un ejemplo muy claro puede ser, si no se respetan los mares, los bosques o el medio ambiente, se puede descartar a las futuras sociedades del planeta del disfrute y uso de estos bienes. Por lo tanto, se debe establecer en este sentido y avalar el respeto a las leyes en pro de la preservación de este fin.
Tocando otro tema, la contratación pública es el procedimiento que realizan las entidades públicas para acordar obras. Esto se da por la necesidad de conseguir un bien, elaborar una obra o estipular un servicio, lo cual lleva a la organización para fabricar un plan que solvente la necesidad existente, con todos los detalles competentes. Cuando ya se tiene el proyecto determinado se puede comenzar el proceso de clasificación de constructora y es cuando inicia tanto la Ley de Licitación como la Ley de Convenios Públicos.
La contratación pública comienza con una convocatoria y una entrega de documentos con información sobre las obligaciones que tienen que efectuar ambas partes, inmediatamente se toman los ofrecimientos y las decisiones, para luego informar los resultados del proceso. Hasta este punto llega el procedimiento de la Ley de Licitación, en cambio en la Ley de Contratos Públicos, el proceso prosigue con la firma del contrato, se realiza un acta de inicio y se pasa a la realización de la labor y administración del tratado hasta la clausura de la obra y final del contrato.
La importancia que tiene la Ley de Convenios Públicos está relacionada con la actividad del Estado, por medio de estas acciones que desarrolla se pueden obtener bienes públicos que cubran las necesidades de toda una comunidad. El principal objetivo de la contratación pública y de los bienes es ofrecer servicios, elaborar obras y asegurar la nitidez de los órganos del Estado.