Bullying, es una palabra del inglés que se traduce al castellano como acoso escolar o intimidación. El término abarca tanto al hostigamiento colegial como a cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares, de manera frecuente, se presenta dentro del aula o en el patio de la escuela. Dichas actuaciones violentas o intimidatorias, son ejecutadas por una o varias personas, con el fin de agredir o de hacer sentir insegura a la víctima y estropear su desenvolvimiento en clase.
El primero en analizar el tema del acoso colegial fue el psicólogo noruego Dan Olweus en 1973, pero a partir del 1982 enfocó sus estudios en un desdichado hecho sucedido el mismo año, en el cual tres jóvenes se suicidaron debido al acoso que padecían en sus respectivas escuelas. En ese entonces, el tema ya estaba siendo tratado en distintas naciones del mundo como Inglaterra y los países nórdicos.
El fenómeno del bullying lleva su nombre del inglés, puesto que él mismo ha logrado un avance importante en las escuelas y diversos entornos educativos estadounidenses, lo cual puede ser alguna de las características muy comunes del espacio escolar. Es de hacer notar, que los últimos años, este hábito se ha hecho más usual en otros países del mundo como los de Latinoamérica, en los que niños de variados orígenes, edades y estilos fastidian a sus compañeros sin motivo alguno. El acto del bullying corresponde a la violencia que un niño o estudiante puede efectuar sobre otro, con el fin de demostrar poder, dominio y superioridad.
El bullying se ha vuelto un fenómeno muy complejo, ya que este ataque físico y psicológico con el tiempo termina instalándose como parte de la vida cotidiana y para el estudiante que es asediado, el mismo no es un problema de un día en particular, sino que se convierte en un asunto incesante. Los atacantes suelen encontrar placer, diversión y control con esta praxis, por lo tanto se dedican a realizarla de forma constante. Es importante citar que adicional a que genera un atosigamiento absoluto y perenne sobre la persona humillada (que sufre de inestabilidad, temor, miedo, baja autoestima, etc.), ésta se transforma en un verdadero escollo en lo que respecta a relaciones sociales. En tal sentido, se puede apuntar con precisión en algunos casos al bullying, como el motivo base de varias de las masacres cometidas en colegios estadounidenses, en las que los asesinos han sido niños o estudiantes frecuentemente molestados por otros y estos han tomado la decisión de acabar con esa forma de agredir.
El fenómeno del bullying, es tan complicado que actualmente es reconocido como uno de los males principales del contexto educativo y es muy difícil de erradicar, motivo por el cual numerosas escuelas o instituciones educativas han comenzado a desplegar intensas maniobras para enfrentar el mismo, además de efectuar actividades que colaboran con la integración de los alumnos. La mayoría de las veces, la víctima de bullying se aparta de la sociedad, debido al continuo abuso verbal, físico y mental que recibe en la misma. El bullying se puede dar tanto en el entorno colegial como a través de las redes sociales, a esto suele llamársele ciberbullying.
El hostigador tiene como finalidad aislar al acosado del ámbito social, busca su discriminación y aislamiento. Algunos ejemplos de este comportamiento son: no dirigirle la palabra a la víctima, excluirla de los juegos, hacerla llorar y otras tantas conductas que pretenden fracturar las relaciones sociales que el niño puede llegar a formar. Los acosadores presentan a la víctima ante los demás como débil, indefenso, cobarde, ridículo, sin dignidad, etc. Cuando el niño o la niña llora se desata lo que comúnmente se conoce como “mecanismo de chivo expiatorio”.