Cauterización



La cauterización, es una técnica que consiste en calentar o quemar una zona con el propósito de aniquilar las células de un tejido, o de obturar los vasos sanguíneos; para tratar de reducir una lesión, eliminar una molestia o aminorar otros riesgos médicos tales como infecciones, cuando no se tienen antibióticos a mano. Para cauterizar, se puede emplear un instrumento que genere calor o productos químicos, este método permite detener rápidamente una hemorragia y es muy aplicado en los sangrados nasales frecuentes. El cauterio químico se utiliza en enfermedades de la córnea, bien para destruir células cancerígenas o extirpar mucosas.

Cauterización
La práctica se generalizó a través de las curaciones de heridas, su aplicación antes de la aparición de los antibióticos fue muy positiva en varios niveles: para prevenir u obstruir la pérdida excesiva de sangre y sellar las amputaciones. El cauterio históricamente fue ideado y creado para evitar las infecciones, pero los estudios actuales han confirmado que la cauterización suele aumentar el riesgo de contaminación y causa más deterioros en los tejidos, de no ser maniobrada y medicada adecuadamente, facilitando así un entorno más agradable para el desarrollo bacteriano.

El término cauterio real del latín cauterizāre de donde viene la cauterización, hace referencia al aparato de metal, que era calentado por un fulgor rojo mate que se aplicaba para generar pompas, con el fin de obstaculizar el sangrado de un vaso sanguíneo y para otros objetivos parecidos. Las principales formas de cauterización utilizadas en la actualidad son: electrocauterización (se utiliza en procedimientos quirúrgicos para eliminar tejidos perjudiciales o desagradables, igualmente para cauterizar u ocluir vasos sanguíneos, logrando de esta forma la reducción o interrupción del sangrado en una intervención o luego de una lesión) y cauterización química (se aplica para retirar pequeñas lesiones de la piel o tejido muerto, para lo cual se utiliza: nitrato de plata, cantaridina o ácido tricloroacético, etc.); incluso ambas suelen ser de gran utilidad por ejemplo, en la erradicación de verrugas.

La cauterización como un modo de procedimiento médico, fue propuesta por el científico y anatomista belga Andrés Vesalio, la aplicación se llevaba a cabo mediante un fragmento de metal que se calentaba con fuego para ser colocado sobre una herida; esto provocaba en los tejidos la coagulación rápida de la sangre a temperaturas extremas, para controlar las hemorragias producidas por una rotura tisular extensa. La cauterización se utilizó en cualquier clase de objetivos posibles en tiempos pasados: como un irritante, hemostático local, un bisturí sin derramar sangre o en procedimientos para destruir abscesos, entre otros. Luego, se comenzaron a usar los instrumentos denominados cauters, en especial para obturar vasos sanguíneos.

La curación de la cauterización puede demorar hasta 15 días, por supuesto depende en gran medida del tamaño de la herida y de la medicación que sea indicada, en el hombre suele tener tres etapas: la inflamatoria, que puede durar de 3 o 4 días (período en el cual el organismo abulta el área, además se ocupa de asear y atraer a las células que iniciarán el proceso de restauración), el ciclo regenerativo que normalmente se prolonga por 14 días (durante este proceso, las células reparadoras comienzan a hacer efecto) y la fase de restablecimiento total que abarca 2 años (el organismo le proporciona colágeno a la herida, para que tenga elasticidad).

Uno de los procedimientos más comunes que implican cauterización, es el que se realiza en el útero de la mujer, para eliminar las lesiones precancerosas o infectocontagiosas y erradicar las células anómalas en el cuello del útero, pero no se puede realizar durante los días menstruales, tampoco si la paciente sufre una infección ᴠᴀɢɪɴᴀl. La convalecencia es breve, solo se recomienda evitar la relación sexual por varias horas y algunos casos suelen referir dolor abdominal, normalmente suave (controlable con analgésicos), un insignificante sangrado ᴠᴀɢɪɴᴀl e incluso, la caía en forma de escamas de las células viejas.


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