La displasia congénita de cadera o también llamada displasia del desarrollo de la cadera, es una dolencia en donde la articulación de la cadera es anormal. En esta afección, la cabeza del fémur no encaja correctamente en la articulación, lo que puede generar cojera y dolor. Sin embargo, en casos más graves, esta dolencia puede provocar discapacidad.
La displasia congénita de cadera afecta a 1 de cada 1.000 bebés. En 1 de cada 3 recién nacidos se percibe un ligero desequilibrio de la cadera. Cabe resaltar, que en el caso de las niñas son más vulnerables a desarrollar displasia de la cadera. Además, esta afección puede tener un componente hereditario.
Signos y síntomas de la displasia congénita de cadera
Un bebé con esta dolencia puede no presentar signos de la afección. Los signos, que pueden ser muy leves, varían en función de la edad del bebé. Los siguientes son algunos de los signos que examinará el médico:
Causas
No se conocen con precisión las causas de la displasia congénita de la cadera. Ciertos factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de que su niño nazca con displasia congénita de la cadera.. Estos factores de riesgo son:
Complicaciones
Si la displasia congénita de la cadera no se trata a tiempo, la articulación de la cadera no se formará correctamente. Esto ocasionará una dificultad para mover con normalidad las caderas, que podrá hacerse evidente cuando el niño comience a caminar. La dolencia podrá causar dolor a medida que el infante crezca.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de la edad del niño y de la gravedad de la displasia congénita de la cadera. Los casos sutiles mejoran sin tratamiento alguno luego de varias semanas. Los casos más graves requieren tratamiento.
Si el diagnóstico se efectúa previamente, posiblemente, el médico ordena que el niño use un dispositivo ortésico, denominado como arnés de Pavlik. El cual consiste en un conjunto de correas finas que mantienen al niño en “posición de rana”. Además, el arnés permite que la articulación de la cadera se desarrolle adecuadamente. El cirujano ortopedista le dirá cuánto será el tiempo en que el niño deberá utilizar el ortesis. Alrededor de 1 de cada 20 bebés con displasia congénita de la cadera, necesitan algo más que un arnés de Pavlik para subsanar su malformación.
Los niños con edad mayor, pueden requerir uno de estos dos tratamientos:
1. La reducción cerrada suele aplicarse en bebés de menos de 18 meses. Este tratamiento reside en colocar manualmente el fémur en la cavidad cotiloidea, donde el niño debe estar bajo anestesia.
2. La reducción abierta se practica en bebés de 18 meses o más. Esta cirugía consiste en que los músculos y los tejidos que envuelven a la cadera se desligan para poder realinear la cadera y así colocar el fémur en su cavidad.