Feminismo



El feminismo es un movimiento social y político que inicia formalmente a finales del siglo XVIII, sin adoptar todavía esta denominación, y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, así los movimientos de acción se colocaron en manifiesto para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que requiera para lograr y conformar el concepto de feminismo.

Feminismo

Qué es el feminismo

El feminismo es un conjunto heterogéneo de movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tiene como objetivo la búsqueda de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, eliminar la dominación y violencia de los varones sobre las mujeres y los roles sociales según el género, además de una teoría social y política.

La influencia del feminismo ha obtenido cambios en el derecho a la educación, el voto de la mujer, el derecho al trabajo, la igualdad ante la ley o los derechos reproductivos, entre muchos otros. En su vertiente intelectual, la teoría feminista también ha influido en la teoría crítica, dando lugar a los estudios de género, así como a subdisciplinas de estudios de las ciencias sociales.

Qué es ser feminista

Feminismo-2A propósito de la aprobación del derecho a la interrupción del embarazo logrado por las feministas argentinas y aprobado por la Cámara de Diputados en Argentina, resurge la vieja discusión sobre las solicitudes por los derechos de las mujeres y las estrategias para lograrlas, tan vieja como las diferencias de criterios que existen en el siglo XIX entre las sufragistas de Millicent Fawcet de la NUWSS y las de Emmeline Pankhurts de la WSPU, entonces qué es ser feminista, las primeras han sido tildadas de “violentas” a las segundas que estaban hartas de esperar por un reconocimiento de derechos para las mujeres, que nunca comenzó por los medios que defenderán las primera, es decir, las femeninas siguen atrapadas en la misma historia, entonces qué es el feminismo y hasta dónde puede llegar, para no ser catalogado como un feminismo radical.

Esto debido a que actualmente pareciera que tildan a las otras de “radicales” utilizar un “feministrometro” para medir (por lo visto y de acuerdo a quien lo use) la praxis feminista de las mujeres. Parece que se mide quién es mejor o más feminista, lo que se ve como si pretendiera ser impuesto para separarse de quienes se consideran “inconvenientes” e incómodas.

Se entiende que en la lucha por los derechos de las mujeres se tiene en la acera del frente a una mayoría compuesta por hombres y mujeres machistas, pero que se etiqueta de “radicales”, mujeres que están en el mismo lado de la acera, resultan chocantes y tratan a las mismas mujeres como una especie de leprosas.

La connotación de “radical” según lo que se observa últimamente en otros parámetros trata de mujeres que se pudiera denotar como extremista que tal vez odia a los hombres; de esto es importante decir que en primer lugar, en nombre de todas las mujeres acusadas de “radicales”, pero no odian a los hombres. Por supuesto que esas mujeres tienen que estar en contra de quienes las violentan, restringen derechos y les niegan el espacio en este mundo. La sociedad se enfrenta un problema estructural que mata y empobrece mujeres todos los días, delante del cual se observa una especie de híbrido de Juana de Arco con Don Quijote.

Historia del feminismo

La historia del feminismo se puede iniciar analizando al detalle la evolución del mar tal vez el mayor movimiento de transformación sociopolítica y cultural de la historia de las revoluciones liberales. El feminismo ha trabajado por convertir a la mujer en una ciudadana de pleno derecho, contribuyendo a la conquista de los derechos sociales, no solo para las mujeres sino para toda la población. Los críticos no se cansan de hacer hincapié: democracia y feminismo se exigen mutuamente.

Como señala Amelia Valcárcel en el prólogo, “el feminismo no ha perdido hasta la fecha de ninguna de las batallas en las que se ha empeñado” esta es una de las frases feministas famosa de Valcárcel. La tarea del feminismo de hoy, el feminismo contemporáneo, es un movimiento que se efectúa a nivel mundial. Se puede decir que, la igualdad entre los sexos, es parte de la definición del feminismo.

Sin olvidar a las principales figuras femeninas que luchan por la igualdad de los sexos (Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft …), el autor aborda la posición de la mujer desde la antigüedad, sobre todo en la tradición judeo-cristiana, hasta el presente. Pasando por las premisas ilustradas del siglo XVIII, donde se afirmaba que todos los hombres nacen libres e iguales. Precisamente estas ideas, que derrocaron el Antiguo Régimen, impulsaron a la mujer a luchar porque dicha libertad e igualdad no tienen ser arrebatadas a la mitad de la población.

Sin embargo, a pesar de la colaboración activa en distintas revoluciones (como la francesa o la estadounidense), en paralelo quirúrgico el movimiento que de nuevo las encerró en el que debe ser el único dominio de la mujer: el hogar. La llegada del Romanticismo vinculó a la mujer la imagen de “sexo débil”, encargada del hogar y de los hijos. A la vez, corrientes científicas argumentaban indiscutibles diferencias biológicas, que apartaban a la mujer de tareas como la política o las profesiones liberales. El destino de la mujer era uno y estaba claro: la procreación.

Fue con la llegada del capitalismo cuando se genera una estructura dual en el mercado laboral. Se refiere a un enfoque de las ocupaciones femeninas fuera del hogar como la prolongación de las tareas domésticas: enfermeras, maestras, secretarias. Más adelante, la separación física del lugar del trabajo y el espacio familiar, el consecuente integración de la mujer en distintas esferas productivas , la aceptación de la educación de la mujer y más revoluciones, como la bolchevique, producido la “nacionalización” de la mujer, que se supuso como sujeto y objeto de las preocupaciones del Estado.

Primera ola

La “Primera Ola Feminista” surgió a mediados del siglo XVIII, en torno a la política sobre la naturaleza de la mujer y la jerarquía de sexos. Estas mujeres se dedicaron a desarrollar la educación, deberes y derechos de la mujer. Procedieron a cuestionar los privilegios masculinos afirmando que no son una cuestión biológica y / o natural. Las autoras de referencia son: Poullain de Barre, Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft, esta última autora del famoso texto Vindicación de los derechos de la mujer (1792), un punto de partida fundamental para cambiar el pensamiento de la época.

Segunda ola

La “Segunda Ola Feminista” inicia en el siglo XIX hasta los cincuenta del siglo XX. Aborda entre sus puntos principales el derecho al voto femenino. Es cuando el debate alrededor del sufragio universal se intensifica (la película Las sufragistas, del año 2015, retrata este momento en Inglaterra). Además, las mujeres inician el reclamo al acceso a la educación superior, la crítica la obligación de matrimonio y comienza la liberación del aspecto físico.

Tercera ola

La “Tercera Ola Feminista” llegó en la década del sesenta y hay distintas opiniones respecto a su finalización. Mientras que algunos sostienen que sigue vigente, otros afirman que finalizó en los años ochenta. Va de las políticas públicas que reivindican a la mujer hasta el fin del patriarcado. En este movimiento fueron fundamentales los anticonceptivos porque le otorgaron el poder del control de la natalidad (y la liberación del goce sexual, no atado a la reproducción) y el divorcio se hizo ley en muchos países. Caen las vendas del “amor para toda la vida” y aparecen otras opciones para mujeres rebeldes, feminismo liberal. Las mujeres son candidatas reales en el mundo político, aunque su porcentaje es sensiblemente inferior al de los hombres.

Feminismo en el siglo XXI

Feminismo-3Uno de los objetivos esenciales del movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres lo que se puede denominar símbolo feminista acabará con la brecha de género en el mercado laboral. O, siendo aún más precisos, con la brecha de género laboral que afecta a las mujeres. Esta brecha se refiere en primer lugar al salario, pero incluye también otros aspectos importantes, como el mayor desempleo, la mayor temporalidad, el mayor trabajo a tiempo parcial (involuntario) o la mayor sobrecualificación (en relación con el puesto de trabajo) que soportan las trabajadoras. Desde que en 1792 Mary Wollstonecraft abogaba en su obra Los derechos de la mujer por los derechos fundamentales de las mujeres y especialmente por el derecho a la educación el mundo ha cambiado mucho.

Por ejemplo, en España, las mujeres menores de 50 años tienen un nivel educativo superior al de los hombres de su generación. Según las estadísticas de Fedea, el 68% de féminas en los 20 y 50 años han completado la educación secundaria frente al 57% de los hombres. Por lo que se refiere a los estudios universitarios la “brecha educativa” un favor de ellas es del 43% frente al 36%. Y lo más significativo es que la brecha se ensancha en las generaciones más jóvenes: hasta 13 puntos en educación universitaria y 12 en secundaria.

La repetición de cursos o su secuela, el abandono escolar temprano es, sobre todo, cosa de hombres. Lo interesante es que este tipo de estudios también muestra que la brecha laboral de género y muy en particular la brecha salarial de género no existe antes antes de la maternidad, porque tener hijos no supone algún costo profesional alguno para los padres. Es un problema de las madres que además se prolonga a lo largo de toda su vida profesional.

De ahí que las políticas tendentes a la equipación de los permisos de paternidad y maternidad, siendo desde luego muy deseable, tengan un impacto relativamente pequeño para resolver esta situación. Lo que otras medidas como la extensión de la educación infantil para menores de 3 años o el cheque bebé. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera en un informe de 2016 que si no se actúa sobre esta situación ahora, la brecha salarial de género puede tardar más de 70 años en cerrarse. Es demasiado tiempo.

Feminismo radical

Es el movimiento que goza de mayor audiencia, y está directamente relacionado con una serie de valores, como se puede inferir del manifiesto de la huelga feminista convocada con motivo del Día Internacional de la Mujer: anticapitalismo, marxismo, ecologismo, antimilitarismo, pacifismo, anti racismo y antiliberalismo. Este movimiento es partidario de destruir el sistema social actual, basado en el concepto de “patriarcado”.

Feminismo anarquista

Feminismo-4 Tanto el feminismo como el anarquismo tuvieron como antecedentes frecuentes historias de desigualdades, injusticias y atropellos y su enclave histórico se ubican en una sociedad decimonónica donde la burguesía gestante de la revolución industrial y política, se consideran como la clase obrera se revelaba cansada de nuevas las cargas sin poder disfrutar de los privilegios. Pero hay aspectos específicos que diferencian fundamentalmente la lucha de los trabajadores de las específicas femeninas.

En la primera se da una conciencia de clase que no existe entre las mujeres, ya que ellas se sienten más unidas a los varones de su propio estado que a sus compañeras de género pertenecientes a un estado diferente. Así mismo, requerirá que agregue la escasa conciencia social femenina, consecuencia de muchos siglos de sumisión y tutelaje. Es cierto que hubo pensadores como Stuart Mill que se implica en la defensa de los derechos femeninos, pero ninguna revolución puede hacerse sin sus protagonistas. Sin duda, la mujer tenía que suprimir una mentalidad que la alentaba al varón y aprender a valorar y sentirse autosuficiente .

El sentido de confusión en que se han movido históricamente los vocablos feminismo y anarquismo, contribuir a que, tanto las personas defensoras como las detractoras de estos términos, descargan sobre ellos golpes ciegos sin saber muchas veces que defienden o que combaten.

El feminismo primitivo, propulsor del derecho de la mujer a una participación política, ha dado paso a las formas de feminismo que serían demasiado largas de analizar. Algunas de ellas ven al hombre como un oponente a quien combate a cualquier precio, pero no son esas las que interesan a las mujeres anarquistas, ya que estas que sufren al hombre como un compañero que necesita ser concienciado, ya que se encuentra tan castrado por la sociedad patriarcal como la propia mujer.

Feminismo y anarquismo no son dos ideas contrapuestas, sino complementarias. Ambas aspiran a una sociedad compuesta por seres iguales, libres y responsables. El anarquismo lucha por la emancipación del individuo y, como tal, también por la mujer, pero ella sabe que solo puede llevar a cabo una revolución igualitaria si todos los individuos que participan en ella lo hacen en las mismas condiciones.

Feminismo de igualdad

Desde el feminismo de la igualdad se asume una posición crítica hacia el mundo masculino, la división sexual del trabajo y el patriarcado. Tiene su origen en la Ilustración y la redefinición del concepto de ciudadanía y universalidad (Celia Amorós) así como en el sufragismo y los partidos y organizaciones de izquierdas. Negociación de cambios legislativos y normativos para lograr la igualdad de las mujeres con los hombres y eliminar “cualquier diferencia artificial basada en el sexo, los privilegios de un sexo sobre el otro”. (Empar Pineda). Desde el feminismo de la diferencia fue acusada de complicidad e identificación con el opresor.

Feminismo de la diferencia

Se trata de una corriente crítica, con el objetivo de alcanzar la igualdad en el mundo. Surge la interrogante ¿Por qué aspirar a tener su poder si los hombres son agresivos y violentos mientras las mujeres pueden crear un mundo que refuerce las diferencias femeninas ?, el lema oficial es: “Ser mujer es hermoso”.

No hablan de desigualdad, sino de diferencia. Y plantea la igualdad entre mujeres y hombres, nunca de las mujeres con los hombres. (Sendón de León). Frente al liberalismo, el marxismo y otras ideologías que consideran masculinas, proponen construir una feminidad que sea de sí “sujeto revolucionario”.

La liberación de las mujeres pasaría así por remarcar su diferencia sexual y dejar de tener como punto de referencia a los varones.

Movimientos feministas en Argentina

En el país sudamericano, el feminismo ha cobrado una relevancia y una masividad que tiene pocos puntos de comparación a nivel mundial. En el barrio de Chacarita en Buenos Aires muchos se reúnen y mantienen la lucha, son cientos de mujeres, trans, travestis, todos con un objetivo en común. Provienen de distintos lugares geográficos, pero también políticos y sociales. Hay militantes partidarias, delegadas sindicales, periodistas, activistas sin organización de referencia, entre muchas otras.

La asamblea para organizar el paro internacional del 8 de marzo, el día internacional de la mujer trabajadora, se repite en cada concentración donde decenas de personas reclaman y exigen sus derechos a lo largo y ancho del país.

No hace falta mostrar ningún tipo de credencial para tomar la palabra. Cualquiera puede anotarse en la lista de oradores y plantear ante todas las presentes su posición, su mirada, su análisis de la situación. Esa dinámica horizontal y democrática es una marca de fuego del movimiento feminista en Argentina que se remonta a varias décadas atrás.


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