Del vocablo griego traducido como “portador de excitación”, las feromonas son hormonas o sustancias químicas producidas de forma natural. Es secretada por animales y humanos para cautivar al sexo opuesto, siendo un mecanismo de reproducción. Las glándulas sudoríparas son las encargadas de producir y excretar dichas hormonas, por lo que cada vez que se suda se segrega esta sustancia.
Se destaca que las feromonas son captadas por el OVN, que es el Órgano del Vomer Nasal, situado en las fosas nasales. Estas se encargan específicamente de enviar señales a la parte del cerebro (hipotálamo) que tiene las funciones primitivas y las emociones. Por esta razón, las feromonas son estudiadas por científicos y compañías de perfumería y maquillaje, pues emplean las feromonas en sus productos.
El almizcle es aplicado en los perfumes, la cual puede imitar la acción de la feromonas tanto masculinas como femeninas, resultando en que la persona que lo utilice sea más atractivo para el sexo opuesto. Además de lo anteriormente mencionado, las feromonas naturales y sintéticas (creadas en laboratorios) son usadas en la industria agrícola como forma ecología y menos perjudicial para el medio ambiente para atraer a las plagas que azotan los campos de cultivo y así controlar el daño que estos producen.
A pesar de que existen unos 50 tipos de feromonas, las más comunes son:
- La androsterona: es una hormona masculina producida por las glándulas sudoríparas localizadas en las axilas. Tiene como propiedad de atraer a las mujeres y apartar a los hombres. Es más, en un par de experimentos, se colocó esta hormona en 10 sillas en las que solo se sentaban las mujeres. Este fue el mismo resultado cuando en otro experimento que consistía en la aplicación de feromonas en cabinas, fueron las mujeres quienes eligieron las cabinas rociadas. Esto corrobora que en todo caso, cualquier hombre (o macho, en caso de animales) eluden o evitan lugares rociados por un macho dominante, pues la androsterona se caracteriza por la transmisión de domino y agresión.
- El androstenol: presente en el sudor, se asocia con la fertilidad. Alcanza su producción tope a los 20 años, para luego bajar progresivamente. En experimentos se demostró que al usar esta hormona cambió significativamente y de forma positiva la percepción del sexo opuesto en los sujetos de prueba. Además, tiene propiedades de dominación sobre los otros machos.
- Las copulinas: presentes en las secreciones ᴠᴀɢɪɴᴀles, es una feromona femenina que tiene un efecto relajante y excitante en los hombres. Su segregación es más abundante durante la fase fértil del ciclo menstrual, en especial durante la ovulación, por lo que los hombres se sienten más atraídos hacia las mujeres durante este periodo. Sin embargo, el uso de anticonceptivos y la llegada de la menopausia puede reducir la producción de esta hormona.