Humanismo



El humanismo, significa valorar al ser humano y a sus cualidades, se relaciona con la generosidad, la compasión y preocupación por el otro; igualmente con la estimación de los seres humanos en sus atributos y la forma de relacionarse. Esta corriente intelectual, difundió una serie de conocimientos para hacer del hombre, un ser terrenal y natural, en oposición a lo divino y sobrenatural. La palabra proviene del vocablo humanus que significa humano y de ismos, que en griego refiere una doctrina, movimiento o escuela.

Humanismo
Es también conocido el humanismo, como una actividad intelectual, artística, filológica y filosófica, que se originó durante el siglo XIV en la Península itálica, fuertemente vinculada con el Renacimiento y que propuso el regreso de una formación cabal del hombre, es decir, su función sería la de restablecer todas las antiguas disciplinas que surgieron en la etapa temporal antes mencionada, defendidas por los integrantes de este paradigma. Sólo de esta forma, podría conocerse y comprenderse mejor, gracias a sus creadores, que además se les consideraba un ejemplo de humanidad puro, no contaminado por la confusa y lasciva Edad Media.

Entre los personajes provocantes y promotores del Humanismo, se señalan los mecenas, hombres con amplia disponibilidad económica, que se dedicaron a favorecer el trabajo de los filósofos y artistas, la construcción de universidades, escuelas y el éxodo de sabios bizantinos, quienes después de la amenaza de los turcos se trasladaron a Italia. Durante este movimiento se dieron varios episodios significativos para el progreso de la historia de la humanidad, que se iniciaron con el paso del teocentrismo al antropocentrismo. El primero situaba a Dios por encima de todas las cosas y como centro de todo el universo, pero con el criterio antropocentrista, el hombre pasó a ocupar el centro de interés y de todas las cosas del espacio que lo rodea.

En relación a los postulados más resaltantes que propone este movimiento, además del: antropocentrismo o creencia que todo debe moverse en torno al hombre, no denigra ni asume como un vicio el desear la fama, el dinero, el éxito, brinda importancia al comercio, pregona el pacifismo en contra de la guerra, busca lograr una espiritualidad más humana, defiende el predominio del optimismo por encima del pesimismo y realza la necesidad de unidad política. El humanismo, de forma general, es un modo de comportarse, una postura que aclama al género humano; además elogia el talento, la cultura, el deporte; es decir a toda actividad humana saludable, que va volviéndose trascendental. Dicha trascendencia puede alcanzarse por medio de la puesta en práctica o del desarrollo de las diversas capacidades; por tanto, la organización social debe evolucionar a partir del bienestar humano.

El humanismo reconoce rangos sociales, como el prestigio, el poder y la gloria, que eran duramente juzgados por la ética cristiana e incluso eran considerados como pecados.
Es de mencionar, no obstante, que esta corriente no apoya el consumismo; por estar en contra de lo superficial, del narcisismo y de aquello que consideran opuesto a la honra o dignidad humana. La frivolidad del hombre como productor o consumidor excesivo atenta contra su avance integral.

Cuando el humanismo ganó importancia, dentro del campo educativo surgieron grandes cambios que se vieron proyectados mediante el nivel intelectual de los individuos. De tal forma que, no se continuó con la enseñanza rígida, dándole significación a la personalidad de cada alumno y el aprendizaje se centró en instruir a personas con una formación para enfrentar una vida activa dentro de la sociedad, seguras de sí mismas y que además sean capaces de discernir por ellas mismas entre lo correcto e incorrecto. Partiendo de que el hombre tiene la posesión de sus incalculables habilidades intelectuales, los humanistas consideran que la búsqueda del saber y el control de diversas disciplinas, son condiciones esenciales para el buen uso de sus capacidades.


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