Imprenta en Europa

Imprenta en Europa

La invención de la imprenta ocurrió en Alemania, país donde nació geometría, a quien se conoce por haber creado una imprenta que usaba un tipo móvil de metal. Gutenberg publicó su famosa Biblia alrededor del año 1453; su nuevo método de impresión rápidamente se extendió en Europa.

Apenas 30 años después de que apareciera la Biblia de Gutenberg, ya había imprentas en más de 110 ciudades de Europa Occidental. Es imposible calcular el número creciente de libros disponibles en Europa con la imprenta, pero no es exagerado decir que para el año 1500 ya había cientos de libros más que en el año 1450. Con la proliferación de libros se redujo el costo. Si bien eran costosos, dejaron de ser exclusivos de las clases pudientes. Bastaba ser medianamente rico para poder comprar un libro impreso.

La primera consecuencia de la revolución de Gutenberg fue que la imprenta impulsó el desarrollo de las lenguas vulgares (las cotidianas) en el continente europeo. La mayoría de los libros hechos a mano, anteriores a la imprenta, estaban escritos en latín: el idioma de la Iglesia católica y de las personas más cultas. Para leer estos textos hacía falta saber un segundo idioma, en consecuencia, el consumo de libros se restringían a la élite educada. Esta tendencia tuvo otra consecuencia: más personas pudieron tener acceso a la información, a la alfabetización y, por consiguiente, se publicaron más libros.

Por último, es probable que el uso de las lenguas vulgares haya sido un preámbulo de la ola de nacionalismo que recorrió Europa en los siglos subsecuentes.

La imprenta desempeñó un papel muy importante en el levantamiento religioso que se suscitó en Europa en el siglo XVI. Antes de la prensa los clérigos que no estaban de acuerdo con la doctrina y las políticas de la Iglesia, tenían canales de expresión muy restringidos, ya que las copias escritas a mano, sobre los puntos de vista, eran escasas y su circulación era muy limitada, por lo que eran fácilmente censurados o confiscados por las autoridades. Esa situación cambió para siempre después de Gutenberg.

Los escritos de Martín Lutero se tradujeron en latín a las lenguas vulgares, se imprimieron en forma de folletos y se distribuyeron por Europa. Se calcula que sus famosas 95 tesis se distribuyeron por todo el continente en tan solo un mes.
El movimiento de Reforma continuó a pesar de los esfuerzos de la Iglesia por confiscar y quemar sus escritos. Además, con la impresión de la Biblia en lenguaje cotidiano, los individuos pudieron tener acceso directo al corazón del sistema de su creencia religiosa. La Biblia podía leerse directamente y cada quien podría interpretarla a su manera; el poder de la Iglesia disminuyó, mientras que el protestantismo se extendió por varios países.

Tanto la imprenta como la máquina de escribir aceleraron la publicación de las investigaciones científicas. Otra cosa la que imprenta hizo posible fue garantizar que los científicos leyeran textos idénticos en países diferentes y contribuyeran el trabajo de otros.

Además, la imprenta favoreció incluso la exploración de otros territorios. Colòn visitó América después del desarrollo de la imprenta y sus descubrimientos se difundieron en Europa un año después de su retorno. Los relatos impresos sobre los descubrimientos de los primeros exploradores encontraron un público atento compuesto por personas ávidas de riquezas y de expandir la religión en el Nuevo Mundo.

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