El epitelio envuelve las cavidades ventriculares y el conducto ependimario. En la etapa de proliferación, es decir, antes del nacimiento, el neuroepitelio fue la matriz de la que resultan todas las células nerviosas. Las células de origen epitelial que tienen funciones sensoriales específicas, donde se unen las células que están en las papilas gustativas, la mucosa olfatoria, las células ciliadas cocleares y los cuerpos neuroepiteliales.
El sistema sensorial está conformado por el sistema nervioso, el cual es el responsable de procesar la información sensorial. Este sistema está formado por receptores sensoriales y partes del cerebro implicadas en la recepción sensorial.
El campo receptivo es la parte determinada del mundo a la que un órgano y unas establecidas células del receptor responden. Igualmente, en los órganos y las células receptoras o los procesos de ellas, se han adaptado para reconocer de manera específica el estímulo correcto que las excita.
Los compuestos químicos derivados de los alimentos operan sobre células gustativas que se agrupan en estructuras especiales de la lengua, las papilas gustativas. Además, se les encuentra en el paladar blando, en la faringe y en la parte superior del esófago. Normalmente, se ha definido los receptores gustativos para cuatro sabores básicos: ácido, amargo, salado y dulce.
Las células gustativas están rodeadas por células basales. Ellos son fibras concernientes que se desplazan al sistema nervioso central, por medio de tres nervios: el nervio vago o X° par, el facial o VII° par craneano y el glosofaríngeo o IX° par. Los estímulos químicos operan sobre de los receptores situados en los cilios de las células gustativas, desencadenando en ellas una serie de cambios que generan por el polo opuesto, la liberación de caracteres que estimulan a los terminales nerviosos que las inervan.
El olfato trabaja según las neuronas olfativas que son células bipolares que aceptan estímulos de naturaleza química, por el extremo donde poseen cilios olfativos. En cuanto al otro extremo surge un axón amielínico, que van al sistema nervioso central.
Los Corpúsculos de Pacini son terminaciones nerviosas encapsuladas que convierten estímulos mecánicos de presión. Se localizan en la piel y en órganos viscerales. Al ser estimulados producen potenciales de acción que se dirigen al sistema nerviosos central. En diferentes órganos existen terminales nerviosos libres, siendo estimulados químicamente por substancias peptídicas que se liberan por consecuencia de estímulos nocivos que dañan la zona. A partir de esos terminales se constituyen los potenciales de acción con orientación hacia el sistema nervioso central y la sensación que provocan es la de dolor.
En los músculos esqueléticos se hallan una variedad de mecano-receptores, las fibras intrafusales, que se sitúan en una estructura denominada el huso muscular. El huso se orienta al mismo tiempo con las fibras extrafusales, que son las responsables de la contracción muscular. Asimismo, en las fibras intrafusales se encuentran terminales nerviosos que la cubren en su parte central, son las terminaciones llamadas anulo-espirales.
De esta forma, las células pilosas que se encuentran en el oído interno, son estimuladas automáticamente por ondas de presión que provienen sobre el órgano de Corti, donde provocan la formación de potenciales de acción, que procesan los estímulos sonoros que percibe los oídos.
Por último, los conos y los bastoncitos son células especializadas de la retina que son estimuladas por las ondas luminosas. Pigmentos que se encuentran en esas células son cambiados por la energía de la radiación luminosa, produciéndose así, una cadena de reacciones que generan la activación de la vía visual.