Push

Push

El término Push corresponde a la estrategia de presión que intenta buscar la contribución entre los diferentes intermediarios en el canal de comercialización, con el propósito de que ellos presionen en la venta del producto al estribo siguiente del canal, hasta llegar al consumidor final. Es importante conocer que esta estrategia es utilizada en ámbitos tan variados como el marketing, la logística y la gestión de servicios. Sin embargo, en un inicio, fue creada como método de producción.

Asimismo, en el sistema Push (empujar), las compañías crean la elaboración de los productos en función de un pronóstico de la demanda o de un itinerario categórico de trabajo. El principal problema de este sistema reside en que no siempre los pronósticos son correctos y a menudo se cae en una sobreproducción, lo que a la larga conlleva a las compañías a desembolsar grandes sumas de dinero de manera innecesaria.

Por otro lado, se cree que el sistema Pull restringe la producción en función a una necesidad del consumidor. Cuando un producto es obtenido, se activan los componentes para reemplazarlo. Este método permite a las compañías reducir costos en elaboración e inventarios, así como constituir los ordenamientos de fabricación a través del uso de carteles o tarjetas, las cuales ayudan a fraccionar el proceso en períodos establecidas y concretadas de manera secuencial. En el sistema Pull, el enfoque primordial son los consumidores y sus necesidades. Sin embargo, si bien se trata de un patrón que brinda grandes ventajas, no produce los mismos resultados en todo tipo de compañías.

Un punto muy importante en este concepto es que hoy en día, este término es usado en diferentes ámbitos de la actividad empresarial, como el marketing. En este caso, una estrategia Push reside en llevar a cabo operaciones destinadas a crear audiencia para una marca determinada. La publicidad se orienta en un público masivo. Esto no sucede en una estrategia Pull, donde la comunicación se efectúa directamente al target o público objetivo de la marca.

Ahora bien, las estrategias push son comúnmente utilizadas en sectores y mercados donde hay una alta elevación de competitividad y las compañías deben obtener ventaja de cara a los clientes, logrando destacar y hacerse más accesibles y atrayentes. Por lo tanto, también es conveniente de productos novedosos y que es preciso dar a conocer de forma rápida al público. Las estrategias push también son bastante frecuentes en cierto tipo de campañas de marketing transitorias o fijadas en un momento determinado con un producto temporal, como puede ser en Navidad o en periodo veraniego.

Por otra parte, es necesario conocer que al momento de buscar resultados inmediatos, este tipo de tácticas suele estar relacionado con medios de comunicación masivos, por medio de anuncios televisivos o grandes campañas digitales o de envío de correos electrónicos agrupadas en exponer las ventajas del producto. Pero, a la hora de dirigirse directamente al consumidor final, las compañías suelen optar por otro tipo de elección, las estrategias Pull. De hecho, suele ser recomendable la instauración de un marketing mix por parte de las compañías que ajuste ambas herramientas.

El objetivo primordial que se busca con el manejo de las estrategias push o de empuje es estimular a los intermediarios para que colaboren espontáneamente en el impulso de un producto en cuestión. Por medio de numerosos trabajos propios de la comunicación y el marketing de ventas de la empresa, está incentiva a los canales de comercialización de manera que los estimule a hacer referencia a la marca, a acumular el producto en cantidades significativas, a otorgarle el área de venta apropiada y a estimular a los consumidores a comprar el producto.

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