Roma está situada en la sección central de la vertiente tirrénica de Italia y limitada por los últimos contrafuertes del río Tíber, del Apenino y el mar Tirreno, entre la desembocadura de ese río y la colina de Circeo, era denominada con el nombre de Latium. No poseía recursos minerales no una fértil tierra de labor, pero estaba en una privilegiada situación geográfica, además, tenían vías internas que la colocaban en rápida comunicación con Campania y Etruria, las dos regiones más desarrolladas de la península.
Roma Arcaica
La última fase de la cultura lacial (período IVb) corresponde a los años que la tradición acusa al reinado de Tarquinio Prisco, quien inaugura la etapa de la monarquía romana denominada etrusca. La tradición presenta como el primer urbanizador de Roma a Tarquinio, puesto que trazó el pomerium, la cual fue el límite jurídico-religioso de la ciudad protegido por la divinidad. Después, el valle del Foro de convirtió en el centro de la ciudad para lo que realizaron obras de desecación y canalización de las aguas y de pavimentación.
A partir del año 600 a. de C. el paisaje de Roma de transformó con la creación del sistema viario, que tiene en Sacra Vía su eje principal al unir los más importantes edificios religiosos y políticos de la ciudad. Las transformaciones políticas fueron profundas. El rey se secularizó y perdió parte de sus tributos religiosos, pero a su vez, se reafirmó su posición civil y cambió el concepto de su poder: rodeó de nuevos símbolos de su autoridad, nombró magistrados y reforzó su jefatura.
Roma Clásica
Luego del destronamiento de Tarquinio, el poder del rey fue confiado a dos magistrados con los únicos límites de la colegialidad y del tiempo, ya que su elección eran anualmente. La institución del rey no desapareció por completo, sino que subsistió relegada en la parte religiosa con el título de sacrificulus o rex sacrorum.
La historia de Roma durante el siglo V a. de C. y también gran parte del siguiente siglo, está centrada en el conflicto que sostuvieron el patriciado y la plebe. Ésta, al contrario que el patriciado, no existía como grupo organizado, sino que alcanzaba la numerosa población: si el patricio se define positivamente como miembro perfectamente caracterizado, el plebeyo en tanto no pertenece al patriciado.
Roma Helenístico
En la última etapa del siglo III a.C., la Magna Grecia cayó finalmente bajo la autoridad romana tras un siglo de enfrentamientos, ya fueran contra Pirro de Epiro, o en el ámbito de la primera y la segunda guerra púnica. Pero fue a principios del siglo II a. C. cuando Roma entró en el Oriente. En sus inicios, desafió militarmente a los antigónidas, específicamente a Antíoco III Megas, siendo uno de los más importantes de los soberanos helenísticos antes de Cleopatra y Mitrídates.
El fracaso de Antíoco fue decisivo en la pérdida de autoridad política de los seléucidas en Asia Central, en Persia y finalmente en Mesopotamia. Antíoco III fue el último rey seléucida que todavía tenía los medios para dirigir una expedición hasta los límites de la India.
Después de su victoria sobre los seléucidas, Roma inició un lento y complejo proceso de desgaste sobre los reinos helenísticos, con la colaboración de ciertas ciudades griegas y del reino de Pérgamo, garantizando tras dos siglos el completo dominio del Mediterráneo oriental.
En el momento de la expansión romana por el Mar Mediterráneo Oriental, casi todos los reinos helenísticos serían dominados; el último de ellos Egipto, donde el reinado de Cleopatra de la dinastía Ptolemaica, sería dominado y agregado en el año 31 a. n. e., lo que dio inicio al Imperio romano con la coronación de Augusto.