El suelo es una mezcla de minerales, materia orgánica, gases, líquidos y un sin número de organismos que en conjunto sostienen la vida en la tierra. El suelo es un cuerpo natural que tiene 4 funciones importantes, la primera es que sirve como medio para el crecimiento de las plantas, es un medio de almacenamiento de agua, sirve de abastecimiento y depuración, es un modificador de la atmósfera de la tierra y a su vez sirve como hábitat de animales y microorganismos.
En términos de la ingeniería, el suelo se conoce como “regolito” o material de roca suelta que se encuentra por encima de la geología sólida.
El suelo es un producto de la influencia del clima, los organismos que hacen vida en él y los materiales que lo conforman desde el principio que van interactuando con el tiempo y generando cambios a nivel físico, químico y los procesos biológicos que incluyen la resistencia que va asociada a la erosión, dada a su complejidad interna y fuerte vinculación del suelo este ha sido considerado como un ecosistema por los ecologistas de los suelos.
Las ciencias de los suelos tienen dos ramas básicas de estudio, la edafología que trata sobre la influencia de los suelos sobre los seres vivos y la pedología que centra su formación en la descripción y clasificación de los suelos en su ambiente natural.
Como los recursos del suelo sirven como base para la seguridad alimentaria, la comunidad internacional aboga por su uso sostenible y responsable a través de diferentes tipos de leyes sobre protección de los suelos.
El suelo es un componente importante de la tierra y de los ecosistemas, éstos se ven afectados de diferentes maneras por los procesos llevados a cabo en el suelo, de largo alcance el agotamiento del ozono y el calentamiento global, a la destrucción del bosque lluvioso y la contaminación del agua. Después de la atmósfera, el suelo es el segundo mayor reservorio de carbono en la tierra y es potencialmente de los más reactivos a la influencia humana y el cambio climático, a medida que el planeta se calienta los suelos aportan dióxido de carbono a la atmósfera debido a la actividad biológica de las altas temperaturas, por lo tanto la pérdida de carbono que sufre el suelo sirve como alimentación al problema del calentamiento global.
Al mismo tiempo los suelos cumplen múltiples funciones entre las que destacan están, el hábitat de animales y microorganismos, un sistema de reciclaje y de desechos orgánicos, regula la calidad del agua, modifica la composición de la atmósfera y es un medio para el crecimiento de las plantas, dado a su multiplicidad de ámbitos que abarca la mayor parte de la diversidad genética de la tierra. En un gramo de suelo puede contener millones de organismos que pertenecen a miles de especies, el contenido de carbono del suelo se volvió eventual a la atmósfera a través del proceso de la respiración llevada a cabo por los organismos heterótrofos que se alimentan de carbono, desde las raíces de las plantas estas necesitan oxígeno y la ventilación es una característica importante del suelo que puede realizarse a través de los poros del suelo que retiene y absorbe agua que posteriormente es absorbida por las plantas por lo tanto esta capacidad de retención del agua es vital para la vida de las plantas.
Los suelos pueden eliminar eficazmente las impurezas, eliminar los agentes de enfermedades y degradar los contaminantes. Típicamente los suelos mantienen una absorción de oxígeno y metano que liberan constantemente dióxido de carbono y óxido nitroso