Las teorías del aprendizaje, describen la forma en que los especialistas creen que los individuos aprenden nuevos conocimientos y nociones. Con frecuencia, definen la relación que hay entre la información que se tiene y la nueva que se está tratando de aprender; asimismo ayudan a entender, predecir y analizar la conducta humana, intentando explicar la manera en que los sujetos acceden al entendimiento. Su propósito de estudio se basa en la adquisición de destrezas, habilidades y nociones mediante el razonamiento.
Al principio no existía la inquietud de crear teorías sobre el aprendizaje, pero en el año 1940 surge una propuesta teórica que se caracterizó por el propósito de elaborar postulados sistemáticos que le otorgaran unidad a los elementos del aprendizaje; así es como comienzan a aparecer los métodos e hipótesis sobre la formación instructiva, aunque el término teoría fue utilizado con poco rigor. A comienzos de la década 1950-1960, ocurre un cambio en los análisis sobre las teorías del aprendizaje, en virtud de que la mayoría de los sistemas del periodo anterior no efectuaban una de las de las actividades de toda la teoría, como es la de totalizar e interpretar los principios.
Con el objeto de brindar una base práctica segura, los estudios recientes sobre el aprendizaje se concentran, más que en crear teorías, en lograr explicaciones minuciosas del comportamiento en situaciones concretas. Las diversas teorías del aprendizaje, han estado vinculadas a la aplicación del método pedagógico y a sucesos en la educación, pueden resumirse en cuatro visiones generales: se basan en la conducta, en el aprendizaje como un proceso básicamente mental; en las emociones o devoción, que cumplen un rol cuando se aprende y en la forma en que se puede aprender trabajando en equipo o en grupo.
A través de estos supuestos, se ha determinado que el aprendizaje implica un cambio en la conducta o en la manera de conducirse, la gente aprende cuando obtiene la habilidad para hacer algo de forma distinta; a su vez, es importante acotar que la formación es inducida y se valora sobre la premisa de lo que la gente dice, escribe y ejecuta. Los análisis de las teorías del aprendizaje, por una parte, suministran una terminología y un soporte conceptual para entender cada uno de los casos de instrucción; por la otra, señalan donde se pueden buscar medidas para los problemas prácticos; no brindan soluciones directas, pero sí indican de qué manera se pueden adquirir las distintas variables que son básicas para encontrar la solución.
Casi todas las teorías provienen de una raíz filosófica–psicológica y han sido adaptadas para aplicar sus criterios en el campo pedagógico, con el propósito de ser utilizadas en el aula, poniéndolas en práctica.
Funciones de las Teorías del Aprendizaje
- Efectuar un estudio profundo sobre algunos de los aspectos del aprendizaje, que deben ser investigados.
- Sintetizar muchos de los conocimientos acerca de las leyes del aprendizaje, en un espacio parcialmente corto.
- Aclarar en forma concreta qué es el aprendizaje y por qué procede de una u otra forma.
Se afirma que una teoría es mejor que otra, cuando presenta estas condiciones:
- Consigue una reducción del contenido experimental con respecto a la teoría anterior, o sea si pronostica hechos que aquella no predijo.
- Interpreta con la misma o mejor precisión, todo lo que la hipótesis anterior describió.
- Logra confirmar empiricamente, una parte de su extenso contenido.
En consecuencia, lo que distingue a una buena teoría en su vocabulario, es su facultad para pronosticar e incluir nuevos hechos; frente a otras que se dedican a investigar sobre lo ya conocido. Un sistema puede ser avanzado en teoría, cuando proporciona predicciones nuevas, aunque estas no sean ratificadas o experimentalmente, cuando confirma alguno de los pronósticos; pero asimismo puede dejar de serlo, al agotarse su capacidad predictiva, no siendo capaz de ramificarse hacia nuevos dominios.